Cada vez son más las iniciativas que presentan un modelo económico amigable con el medio ambiente y las comunidades, que reconocen las ventajas de contribuir a la sociedad y usan la fuerza de los negocios para generar un impacto positivo.
Los emprendimientos están implementando cada vez más modelos de gestión que les permitan impactar positivamente en su entorno, que no sólo generen beneficios en el ámbito económico, sino también aportar soluciones socia les y ambientales. Es esto a lo que se conoce como proyectos de triple impacto, o empresas B.
¿Pero qué implica ser un emprendedor de triple impacto? Es poner el foco no sólo en generar ganancias, sino que también en transformarse en protagonistas del desarrollo sostenible de las comunidades. Se trata de un modelo que pretende incidir en tres dimensiones: valor económico, mirada social e impacto ambiental.
En el ámbito social, el modelo de triple impacto comprende, por ejemplo, aspectos corno políticas salariales justas, beneficios para los empleados, mayor transparencia y un clima de trabajo armonioso. En el aspecto ambiental, se refiere a la adopción de políticas para reducir el impacto generado por la actividad empresarial, por medio de políticas como la disminución del consumo energético, actividades de reciclaje, entre otras. Y en el pilar económico, se relaciona con la idea de no obtener beneficios económicos a cualquier costo.
Respecto a los beneficios de un emprendimiento de triple impacto, María Emilia Correa, co-fundadora de Sistema B e integrante del G100, comenta que “desde el punto de vista financiero, es una oportunidad para estar en donde está el mercado, siendo la solución que los clientes buscan hoy y una gran vitrina. Desde el punto de vista personal, nos permite trabajar y generar empleo sabiendo que le aportamos al planeta ya las personas. Es una forma excelente de dar sentido y propósito a nuestra tarea diaria”.
En Chile, así como también a nivel global, la comunidad de emprendedores de triple impacto crece cada año, así como el interés de las empresas por certificarse como Empresa B. Correa comenta que “cada vez más personas nos damos cuenta de que podemos hacer empresa y contribuir a solucionar los problemas que nos preocupan, como la desigualdad, la pobreza y la crisis climática. ¿Qué mejor que trabajar con sentido y propósito?”.
Broota es una plataforma de inversión en startups de impacto en Chile, que además de estar certificada como Empresa B desde el 2014, acompaña a emprendimientos innovadores en el proceso de levantar capital, de tal forma que puedan constituirse e impactar positivamente en sus respectivos mercados. Desde que la plataforma fue lanzada online en 2013, ha conseguido más de 45 campañas de inversión exitosas en startups y sobre una decena de ellas están certificadas como Empresas B.
“A través de nuestra plataforma, las startups en etapas tempranas que tienen impactos positivos en la sociedad, pueden acceder a financiamiento de una manera simple y transparente. Nuestro compromiso es apoyar proyectos con propósito e ir democratizando la inversión en startups para que se generen más emprendimientos que agreguen valor al entorno y un mayor desarrollo de la inversión”, señala el director ejecutivo de Broota, José Antonio Berrios.
SoyFocus, es una administradora general de fondos (AGF), fundada en 2019 por tres ejecutivos provenientes de la industria financiera tradicional. Desde su creación la fintech inició el proceso para certificarse como Empresa B y la semana pasada se convirtió en la primera AGF chilena en lograrlo.
“Con esto cumplimos un sueño que teníamos desde el primer día en que decidimos fundar SoyFocus. Nuestra motivación fue siempre crear una compañía que estuviera comprometida con la sociedad como un todo, equilibrando las personas, el planeta y el negocio, especialmente en un sector donde pareciera que la ganancia lo es todo”, afirma Eugenio Cisternas, socio y co-fundador.
Cumplo, es una red de financiamiento para PYM ES creada en 2011, donde pequeñas y medianas empresas acceden al capital de trabajo que necesitan para crecer, conectándose con diversas fuentes de financiamiento, a una tasa justa.
La compañía está certificada como Empresa B desde 2014 y fue re-certificada en 2019. Desde sus inicios, Cumplo ha buscado generar un espacio innovador, de colaboración y diversidad, con el propósito de generar bienestar para la sociedad apuntalando el crecimiento de las PYMES.
“Las PYMES son un eslabón fundamental para la economía yen nuestra plataforma pueden acceder a condiciones favorables de financiamiento para apalancar proyectos, desarrollo y capital de trabajo, de una forma rápida y sencilla, sin tener que esperar largos periodos para poder contar con fondos que son vitales para su subsistencia”, expresa Gonzalo Kirberg,
María Emilia Correa, co-fundadora de Sistema B e integrante del G100.