8/Feb/2016 Volver
Conversamos con Jaime Castillo, dueño de JP Ltda, quién no solo nos abrió las puertas de su local ubicado en Santiago centro, el cual utiliza para almacenar y vender sus productos de aseo e higiene, sino también nos confesó su magnífica historia. Una vida llena de trabajo y por sobretodo, perseverancia.
El punto de partida
“Con Pamela iniciamos este negocio con una mochila y $10.000 pesos en el bolsillo”. Así comienza la historia de Jaime, quién confiesa que se enamoró muy joven de su actual esposa y que por eso, a ambos los echaron de sus respectivas casas y tuvieron que irse a vivir a una plaza. No tenían de qué comer. Fue desde entonces que empezaron a comprarle artículos de aseo a un vecino del barrio, al legendario don Jaime Bustos. Se les ocurrió armar un pack de shampoo & jabón y lo vendían a $1.000 pesos tocando puerta por puerta. Recorrían las calles de Santiago ganándose la vida y todo, con una inversión inicial de $10.000 pesos.
Fue así como fueron captando clientes y engordando el chanchito. Hasta que vino el siguiente paso y decidieron instalarse en las ferias principales de la capital. Actualmente aún mantienen su puesto, “en ese tiempo nos costó $500.000 mil y no lo quiero vender, porque fue el lugar donde empezamos. Hoy en día lo administra mi hermano”, dice emocionado.
Nadie dijo que fuera fácil
Sus líneas de negocios de basaron en la intermediación de artículos de aseo e higiene mediante la compra a terceros y la fabricación de sus propios productos con la marca JP. Se sentían más firmes y con mucha mercadería para vender. De hecho se compraron su primera casa para utilizarla a modo de bodega y ahí mismo recibían a sus clientes. Una vez tenían tantos productos, que decidieron publicar su venta completa en el diario y en un solo día tuvieron un ingreso total de $100 millones.
Sin embargo, de las buenas rachas, vinieron también las malas. Dos incendios los dejaron en $0 peso. Su primera casa, el lugar donde paso el accidente, no contaba con seguro catastrófico. Todos sus artículos, principalmente los rollos de confort, ardían y se consumían para desaparecer. Sin embargo, la clientela no abandonó a Jaime y a Pamela, “la gente nos seguía comprando lo que nos quedaba, hasta los shampoos quemados se llevaban. Todo con tal de poder ayudarnos”, señala.
La ayuda siguió de su lado. Los clientes organizaron bingos y actividades de solidaridad para aportar con dinero a JP Ltda. Con esto, Jaime con Pamela pudieron cumplir con sus compromisos y poco a poco salir adelante. Sin embargo, vino un segundo incendio y esta vez, no pudieron salir tan fácilmente. La huella aún persiste, “hasta el día de hoy tenemos un Dicom que nos perjudica y que si dios quiere, terminaría por desaparecer en marzo, cuando paguemos todo”, explica.
Situación actual y proyecciones
Jaime junto a Pamela han trabajada toda su vida. Son jóvenes pero sienten que ya lo han vivido todo. Se sienten cansados, tienen 2 hijos que no han podido aprovechar como quisieran, porque su horario laboral es de lunes a sábado. De hecho, el cansancio y la presión de llevar a cabo un negocio le ha provocado al dueño de JP dos parálisis faciales. Sin embargo, la cosecha ha dado sus frutos y los números lo comprueban: durante el año 2015 tuvo ventas totales de 4.500 millones.
Para este año, Jaime espera vender $6.000 millones, “y hasta ahí no más queremos llegar. La plata no es lo más importante”, señala mientras abraza a su mujer. Antiguamente él soñaba con JP de forma visionaria. Se lo imaginaba a lo largo de todo Chile, pero hoy sabe que si bien emprender le permitió tener lo suyo, también tiene su costo: el tiempo.
Como proyección quieren mantener a la empresa tal cual y como está. Están contratando a mayor personal para empezar a delegar todas las funciones que entre él y su esposa han tenido que realizar estos 4 años, “esperamos que nuestros hijos se hagan cargo después”, anhela Jaime.
Cumplo y su opción de financiamiento
La empresa JP se constituyó legalmente el año 2012 y desde entonces jamás se han financiado por una institución bancaria. Cuando necesitaron financiamiento, no pudieron obtenerlo. Después del segundo incendio que los azotó, quedaron endeudados y los bancos le cerraron las puertas.
Si bien la mayoría de sus clientes son personales naturales con giro y que les pagan al contado, sí existen algunos de ellos que lo hacen a 30 días. Es por eso que llegaron a Cumplo, “llegamos a ustedes, porque nos contaron que ustedes eran diferentes. Yo pagaré mi Dicom y nos les fallaré, porque soy un hombre trabajador”, explica.
A la fecha, JP Ltda ya ha solicitado 11 créditos por un total de $166,5 millones, de los cuales 8 ya se encuentra pagados totalmente, por un total de MM$109,24.
“Nos encanta Cumplo, porque ustedes no trabajan solo con números. Financiarse con ustedes es tratar con humanos. Ustedes escucharon nuestra historia, nos depositaron su confianza y por eso, nos han podido ayudar con su alternativa de factoring”,comenta Jaime.
Comunicaciones Cumplo