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Uno de los grandes consejos para reducir la desigualdad de la riqueza es “invertir en B corps”, se trata de empresas que quieren combinar la búsqueda de beneficios con un propósito social o medioambiental y que prometen fuertes perspectivas de crecimiento a largo plazo.
Desde muy chiquititos nos enseñaron que la palabra “éxito” significa crecer y acumular bienes. Pues bien, la aspiración de Comunidad B es redefinir el significado del éxito en la economía y principalmente en las empresas. Se ha detectado que la empresa misma, puede ser el principal agente de cambio, pero también el mayor causante de los problemas ambientales y sociales. Por lo tanto, Comunidad B busca que las empresas puedan generar soluciones y no problemas.
En conjunto, estas tendencias están alimentando un nuevo fenómeno: el surgimiento del negocio con propósito. Lo interesante de esto, es que no se basa en declaraciones de buenas intenciones. Para ser empresa B debes certificarte y luego, hacer un cambio legal de estatutos.Como dueño, ejecutivo o director de la empresa, no solo te comprometes a tomar decisiones financieras, sino también medio ambientales y sociales. Existe una obligación legal de hacerlo. Gracias a este marco más claro, es que hoy son más las empresas que quieren ser B. En el mundo existen 1.400, en Latinoamérica son 220 y de ellas, el 20% son chilenas.Y lo mejor de todo, es que actualmente 500 empresas de nuestro país, ya se encuentran en el proceso de certificación.
Ahora bien, para seguir en el camino del éxito, las empresas de “lucro con finalidad”, necesitan capital de riesgo para apoyar su crecimiento. Y esto sólo ocurrirá si los inversores están convencidos de que este enfoque realmente puede crear más valor. Invertir** **en empresas con fines de lucro, no solo es buscar y ayudar al bien social y ambiental, sino también es ayudar a resolver los problemas más grandes de la sociedad y por eso, prometen fuertes perspectivas de crecimiento a largo plazo.
Veamos un par de ejemplos para avalar lo anterior: Toms Shoes es una empresa con fines de lucro con sede en los EE.UU. que sigue un modelo “uno por uno”, porque cada par de zapatos comprado por un cliente, es un par de zapatos donado a un niño necesitado. Cuanto más grande se hace, más grande es su impacto. Hasta la fecha, Toms ha estado activo en 60 países y ha proporcionado 35 millones de pares de zapatos. Y en el caso de Warby Parker, el mercado de anteojos en línea con sede en EEUU, emplea un “uno por uno” con un similar modelo: por cada par de gafas vendido, se distribuye un par en cada país en proceso de desarrollo. Iniciado en el 2010, tiene ingresos de más de US $100 millones, y recientemente está en la lista anual coronada por la revista Fast Company de compañías.
Estos ejemplos nos muestran, que no necesariamente tiene que haber una elección binaria entre el beneficio y el propósito; no tiene que ser un compromiso entre el éxito financiero y el impacto social / ambiental. Estos ejemplos demuestran que los dos a menudo van de la mano, ¿y saben por qué? porque este tipo de empresas las mueve una filosofía que les garantiza el éxito por todos lados. Son empresas que no solo deben ser las mejores del mundo, sino para el mundo.
Por esa razón, se han convertido en un punto atractivo para una amplia gama de potenciales inversionistas, como en el caso de las ya mencionadas. Warby Parker ha planteado un total de $215 millones de inversionistas, incluyendo a Trowe Price, Wellington Management y Spark Capital, valorada en más de $1bn y en el caso de Toms Shoes, vendió una participación del 50% a Bain Capital el año pasado, en un acuerdo que valora a la empresa en $625m.
Aún existen directores ejecutivos tradicionales, que cuando se les plantea sobre el funcionamiento de sus negocios de una manera más equitativa, la mayoría piensa que están obligados por ley a maximizar sus ganancias a sus accionistas. Una idea que se ha utilizado como una gran excusa por la ciudadanía corporativa desde hace décadas. Sin embargo, eso no tiene que ser así y las nuevas generaciones lo han demostrado gracias al Sistema B.
Si bien invertir en empresas B, significa perder un mayor control de la empresa, actuales inversionistas han visto el valor agregado de las empresas certificadas en términos de diferenciación competitiva, mayor potencial de crecimiento y mejores clases de prácticas operativas. Y es particularmente cierto, que los inversores que están alineados con la misión B pueden a veces tomar decisiones que tienen un costo a corto plazo, pero el valor a largo plazo los impulsa a la inversión de impacto. Y si a esto, le sumamos lo expuesto en el presente artículo, las razones para hacerlo, compensan cualquier otra limitación.
Fuente: Bridges Ventures